“Vivo en el Estado de México y a pesar de ser considerado un lugar peligroso creo que, aún a mis ojos, sigue teniendo una belleza salvaje que siempre logra sorprenderme.”
Kathia Vertiz es una fotógrafa originaria y residente de la Ciudad de México que se ha desempeñado en la fotografía digital y análoga, así como la documentación de eventos musicales. Le encanta dibujar y es coadministradora desde hace 3 años de un bazar de ropa y accesorios vintage y second vintage.
Me encanta salir a buscar en la noche todos los secretos que pueden estar guardándome las luces y los puentes vacíos. Me gusta proyectar un aura cinematográfica en mis fotos. Transmitir la soledad y la nostalgia de la fantasía en un mundo fallido.
Hace dos años dirigí un cortometraje documental con perspectivas de género, aunque a pesar de ello no estoy muy segura de considerarme aún ‘directora de cine’ ya que creo me falta aún mucho por aprender sobre la realización cinematográfica pero me encuentro en el proceso de acercarme cada vez más. En mi tiempo libre también trabajo en algunos guiones que precisamente me gustaría poder realizar en un futuro. Además de ello me encanta dibujar. Por último soy dueña y administro junto con alguien más un bazar de ropa y accesorios vintage y second vintage con el cual estoy a punto de cumplir 3 años.

Tengo 22 años. Me fascina el cine y por lo mismo me encanta ver películas, además de leer sobre historia del cine y todo el tiempo me encuentro en constante búsqueda de nuevas obras de distintos directores y directoras con el propósito de poder apreciar las distintas aristas y posibilidades del cine y así tener una perspectiva cada vez más panorámica y extensa del séptimo arte.
Vivo en el Estado de México y a pesar de ser considerado un lugar peligroso creo que, aún a mis ojos, sigue teniendo una belleza salvaje que siempre logra sorprenderme.
Me encanta tomar fotografías de noche, de ferias atravesadas en medio de la ciudad, me gusta escuchar a las luces hablar cuando la luz del sol se va. Me gusta mucho ir al final del siguiente tianguis donde están los puestos de las personas que siempre venden sus propias cosas, ya que siempre me encuentro con algún artículo cursi atrapado en el tiempo que estaba esperándome; he comprado desde cisnes de cerámica color rosa hasta cámaras fuji de $30 pesos. Mi género favorito es el shoegaze, me gustan mucho los viajes largos en carretera siempre y cuando pueda ir con la cara en la ventana para ser golpeada por el viento, me agrada. No puedo salir a la calle sin mi cámara ya que de lo contrario siento que me arriesgo a perderme algo emocionante.

Considero que mis fotografías son una extensión de mis emociones, ya que desde que comencé a hacer foto siempre he utilizado la cámara como un traductor de mis sentires y pensamientos. O inclusive también patas descifrarme o descifrar las situaciones, cuando ni yo misma entendía lo que estaba sucediendo. Porque a veces puedo ver una foto que tomé hace un tiempo y puede estar diciendo
“quiero irme y no regresar”, pero también puede estar diciendo “sentía calma, pero no tenía las suficientes ganas de decir todo lo que que estaba viviendo en ese momento.” Me gusta pensar que puedo esconderme en el tiempo para detenerlo unos segundos cuando acudo a la cámara, siento que tengo el poder de robarme pedazos de lo que veo y siento, para convertirlos en una imagen visible.

Me gusta mucho poder capturar todo aquello que parece que nunca se volverá a ver, y no me refiero necesariamente a que sea siempre por la rareza del evento si no por lo delicado, dulce o inclusive perfecto que puede ser a veces un detalle tan simple como las luces de un pasillo hacia un taller de reparación de televisores. Me agrada fotografiar todo aquello en lo que sienta que puedo percibir y transmitir oniria y la sensación de desaparecer o transmitir la nostalgia de un lugar que existe pero se altera su realidad manipulando los elementos que lo vuelven coherente.
Me encanta salir a buscar en la noche todos los secretos que pueden estar guardándome las luces y los puentes vacíos. Me gusta proyectar un aura cinematográfica en mis fotos. Transmitir la soledad y la nostalgia de la fantasía en un mundo fallido.